dilluns, 3 de desembre del 2012

El Maestrat fue otro Gernika

En mayo de 1938, el ejército nazi probaba sus aviones Junker lanzando bombas de media tonelada sobre Ares, Albocàsser, Benassal y Vilar de Canes. Hubo decenas de muertos. El profesor Óscar Vives ha recuperado esta parte de la Historia.
Efectos de las bombas sobre varias casas en la localidad de Ares. Resulta imposible saber cuántas viviendas fueron destrozadas por los aviones nazis.
Efectos de las bombas sobre varias casas en la localidad de Ares. Resulta imposible saber cuántas viviendas fueron destrozadas por los aviones nazis. 
J. ANTEQUERA CASTELLÓ El Gernika fue un genocidio que sirvió para que la poderosa aviación alemana experimentara su infernal máquina de matar. El ataque ocurrido el 26 de abril de 1937 ha quedado como un icono de la lucha por la libertad, pero lo que la Historia no había contado hasta ahora es que hubo otro Gernika en el Maestrat castellonense. En mayo de 1938, la Legión Cóndor lanzaba sus bombas de 500 kilogramos sobre Ares, Albocàsser, Benassal y Vilar de Canes. Nunca nadie, ni siquiera las gentes del lugar, pudo explicar por qué los alemanes arrasaron unos pueblos pequeños y tranquilos sin ningún interés militar. Hoy, casi 75 años después, el profesor de la Universitat de València Óscar Vives, vecino de Benassal, lanza la asombrosa hipótesis de que las incursiones germanas no tenían otro objetivo que probar el nuevo arma­mento nazi, en especial los temibles aviones Junker.
Esta idea ha dado lugar a una exposición itinerante por toda la provincia de Castelló bajo el título Experimentos de la Legión Cóndor en el Alt Maestrat. La muestra se inauguró también el pasado jueves en el Centre Octubre de Valencia y el Ayuntamiento de Barcelona ha mostrado interés en exponerla en el casino de Montjuïc. «Se puede comparar el bombardeo en el Maestrat con lo que pasó en Gernika, pero hay una gran diferencia. En Gernika, los alemanes tenían un objetivo: desmoralizar a la población y al ejército republicano. Aquí no había más objetivo que probar el Junker.»
Óscar Vives tuvo conocimiento de los bombardeos cuando leía el libro de Antony Beevor La Guerra Civil Española (Crítica, 2010). En el capítulo de conclusiones, Beevor asegura que el Junker fue probado en Aragón y en varias localidades de Castelló bien entrada la contienda civil española. Fue entonces cuando el profesor Vives decidió visitar el archivo militar de Freiburg (el Bundesarchiv-Militärarchiv) y solicitar toda la do­cumentación disponible sobre este oscuro episodio de la Guerra Civil. «Nos enviaron 70 páginas escaneadas con unas tantas fotogra­fías áereas de los bombardeos. Tenga en cuenta que el informe sobre la Batalla del Ebro apenas tiene 30 páginas más ¡Imagínese la importancia del material! », asegura.
Las instantáneas revelan cómo la Legión Cóndor fijaba los objetivos para el lanzamiento de sus bombas; panorámicas aéreas de la destrucción y otras imágenes con los destrozos en las casas. En ninguna de las localidades castellonenses atacadas había un objetivo militar claro. Ni soldados, ni arsenales, ni fábricas ni depósitos de combustible. «La única explica­ción es que probaron allí sus aviones. Por eso tomaban fotogra­fías una hora antes del bombardeo, durante y después del ataque. Luego marcaban los objetivos alcanzados. No hay ningún ca­so similar a lo largo de la Guerra Civil ni tampoco en la Segunda Guerra Mundial porque estaban demasiado ocupados», asegura.
Según la documentación de que dispone el profesor Vives, en Ares murieron al menos 16 perso­nas; 10 en Benassal (entre ellas tres soldados republicanos que se alojaban en un hostal); seis fallecidos en Albocàsser y tres en Vilar de Canes. «Los bombardeos no se correspondieron con movimientos de tropas, ya que las unidades franquistas avanzaron días después. Yo creo que ni los mismos nacionales se enteraron», insiste Vives. En los pueblos masacrados únicamente quedaban mujeres y niños. Ellos fueron los primeros en escuchar el aterrador zumbido de los Junkers. La maquinaria que iba a aterrorizar a Europa y al mundo estaba en marcha
Levante, 3-12-12

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